Viaje Oficial de Sus Majestades los Reyes a la Región Autónoma de Madeira (República Portuguesa)
Don Juan Carlos y Doña Sofía partieron hacia Madeira a primera hora de la tarde del jueves, 30 de julio. A su llegada al Aeropuerto de Funchal, Sus Majestades fueron recibidos Sus Excelencias el Presidente de la República Portuguesa y su esposa, Aníbal Cavaco Silva y María Cavaco Silva. El Presidente portugués expresó a los Reyes sus condolencias y solidaridad por la muerte de los agentes de la Guardia Civil Carlos Sáenz de Tejada García y Diego Salva de Lezaun, asesinados por la banda terrorista ETA en la localidad mallorquina de Palmanova. Durante la ceremonia de bienvenida se interpretaron los Himnos Nacionales de los dos países y ambos Jefes de Estado pasaron revista a las tropas que rendían honores. Posteriormente, el Presidente Cavaco Silva y su esposa ofrecieron a Sus Majestades una cena en un hotel de la capital.
El viernes, 31 de julio, el Rey recibió en audiencia al presidente del Gobierno de la Región Autónoma de Madeira, Alberto João Jardim. Una vez finalizada, Don Juan Carlos y Doña Sofía se trasladaron al Ayuntamiento de Funchal. Allí fueron recibidos por el Presidente Cavaco Silva y su esposa, el presidente de la Cámara Municipal de Funchal, Miguel Albuquerque, y el presidente de la Asamblea Municipal de Funchal, João Dantas.
Tras el saludo de los miembros de la Cámara Municipal y del representante de la República Portuguesa en la Región Autónoma de Madeira, Antero Alves Monteiro Diniz, el presidente de la Asamblea Regional de Madeira, Miguel Mendonça, el presidente del Gobierno de la Región Autónoma de Madeira, Alberto João Jardim, el comandante operacional de Madeira, general Miguel Leitão, y el obispo emérito de Funchal, Teodoro de Faria, los Reyes accedieron al Salón del Plenos y ocuparon su lugar en la mesa presidencial. El acto comenzó con la intervención del presidente de la Cámara Municipal, a cuyo término entregó a Don Juan Carlos el Diploma de Honor y Medalla de Oro de la ciudad. Su Majestad correspondió con unas palabras, en las que manifestó que el terrorismo "volvió a mostrar su rostro más cobarde y deleznable con los salvajes atentados de Burgos y Mallorca, en donde desgraciadamente dos guardias civiles han sido cruelmente asesinados. Junto a la más firme repulsa y condena, queremos hacer llegar de corazón nuestro más profundo pésame a sus familiares, amigos y compañeros, así como toda nuestra solidaridad a los afectados".
Por otro lado, el Rey expresó su alegría por realizar este primera viaje a Madeira y agradeció la cortesía y hospitalidad que les han dispensado, poniendo de relieve "el respeto, el entendimiento y la amistad que nos ligan desde antiguo". Asimismo, Don Juan Carlos señaló que "nuestros dos países apuestan y trabajan por una Europa más fuerte y más cercana a los ciudadanos, cada día más próspera y más justa. Una Europa que, en aras de los principios de solidaridad y cohesión territorial, siga promoviendo los legítimos intereses de las Regiones Ultraperiféricas, como Madeira y Canarias".
Antes de concluir, Su Majestad agradeció el honor de concederle el Diploma y la Medalla de Oro de la ciudad, recibidos "como símbolo de la amistad y la fraternidad que unen a Portugal y España".
Tras esta actividad, los Reyes se dirigieron al Instituto del Vino de Madeira; allí Don Juan Carlos fue investido, junto al Presidente de la República Portuguesa, como Cofrade de Honor del Vino de Madeira. Sus Majestades y el Presidente Cavaco Silva y su esposa fueron recibidos por el presidente del Gobierno de la Región Autónoma de Madeira y "cancelário-mor" de la Cofradía del Vino de Madeira, Alberto João Jardim, los secretarios regionales de Ambiente y Recursos Naturales y de Turismo del Gobierno de Madeira, Manuel Antonio Correia y Conceiçao Estudante, respectivamente, y el "chanceler" de la Cofradía, Jacques Faro Da Silva.
A continuación, Don Juan Carlos y el Presidente Cavaco Silva accedieron al salón principal y se situaron en el emplazamiento de honor. Tras la lectura de la declaración de méritos, el Rey leyó y firmó el juramento. En señal de duelo por los recientes atentados terroristas, se simplificó la ceremonia del acto.
Su Majestad pronunció unas palabras, en las que agradeció esta distinción -recibiéndola además junto al Jefe del Estado portugués- y manifestó que "el Madeira ha sido testigo alegre y nunca mudo, de la vida cultural, política y social en el Viejo y el Nuevo Continente, así como en el mundo entero. Las uvas de esta tierra aportan colores de oro y ámbar, así como aromas -cercanos y exóticos a un tiempo-, para envolver el espíritu generoso de este vino, que nos permite saborear todavía mejor, la amistad entre Portugal y España. Una amistad que los hombres y mujeres de nuestros dos países impulsan desde todos los puntos de la rosa de los vientos, y que hoy marca esta ceremonia en el prestigioso Instituto del Vino de Madeira". Tuvo lugar posteriormente la misma ceremonia para investir como cofrade al Presidente Cavaco Silva.
Por la tarde, Sus Majestades visitaron, en compañía del Presidente de la República Portuguesa y su esposa, María Cavaco Silva, la Iglesia de Nuestra Señora del Monte, donde fueron recibidos por el obispo de Funchal, monseñor Antonio Cavaco Carvalho, y el canónigo de la Ia Iglesia, el padre Vitor Franco Gomes. Allí contemplaron el altar mayor con la imagen de Nuestra Señora del Monte (patrona de la isla de Madeira) y el túmulo-capilla del Emperador Carlos I de Austria, que vivió en Madeira entre 1921 y 1922 -año en que falleció- y fue beatificado por Su Santidad el Papa Juan Pablo II en 2004. Además, los Reyes y el Presidente Cavaco Silva y su esposa pudieron admirar desde un mirador contiguo a la Iglesia una panorámica de la costa sur de la isla. Posteriormente, se dirigieron a Cabo Girao, próximo a la típica localidad marinera de Cámara de Lobos. Su acantilado es el segundo más alto de Europa y ofrece unas bellas vistas del océano.
Las actividades de la jornada concluyeron con una cena ofrecida por el presidente de la Región Autónoma de Madeira y su esposa, María dos Anjos de Jardim, en honor de Sus Majestades. A su llegada a la Quinta Vigia, Don Juan Carlos y Doña Sofía fueron recibidos por el Jefe del Estado portugués, su esposa, y el presidente del Gobierno de Madeira y su esposa. Antes de comenzar la cena, intervino el presidente de la Región Autónoma, cuyas palabras fueron correspondidas por Su Majestad.
En su discurso, el Rey puso de relieve que "el último cuarto del siglo XX ha sido, felizmente, testigo de la democracia y modernización de nuestros dos Estados -contando con el impulso de nuestra plena integración en el proyecto europeo-, así como de una intensificación sin precedentes de la amistad y cooperación luso-española. Una trayectoria que hemos logrado profundizar en los primeros años de este siglo XXI, repleto de nuevas oportunidades para el mayor entendimiento y conocimiento mutuos. Todo ello hace que -llegado este punto- sean muy difíciles de condensar en pocas palabras, los múltiples y muy acertados frutos de más de dos décadas de Cumbres bilaterales al servicio de la creciente colaboración entre Portugal y España".
Don Juan Carlos puso como ejemplos de iniciativas comunes a la “Cooperación de Proximidad” de las Agrupaciones Europeas de Cooperación Territorial, el Laboratorio Ibérico Internacional de Nanotecnología, los acuerdos entre cofradías de pescadores madeirenses y canarios, los lazos empresariales entre los dos Archipiélagos, la participación española en el sector turístico de Madeira y la línea marítima entre Funchal, Portimao y Las Palmas de Gran Canaria.
Recordó Su Majestad que "pronto celebraremos veinticinco años del ingreso de Portugal y de España en la Unión Europea. Un factor determinante para el desarrollo de nuestros países y, también, para la creciente sintonía, confianza recíproca y lealtad mutua, que distinguen nuestras relaciones. Un cuarto de siglo de plena inserción en la Europa de la democracia, la libertad y la prosperidad a la que pertenecemos, que también ha beneficiado –como no podía ser de otro modo- a nuestros archipiélagos atlánticos, mediante la adopción de importantes decisiones y programas específicos en el plano europeo. Todo ello ha sido fruto de un esfuerzo, que es preciso mantener y alentar, para que la solidaridad que estuvo en el origen de la construcción europea, siga siendo uno de los ejes vertebradores de las Regiones Ultraperiféricas. Y es que la Unión Europea debe seguir asegurando un tratamiento singularizado a estas Regiones para atender con eficacia sus condiciones específicas de insularidad, fragmentación territorial, escasez de recursos y lejanía del resto de Europa".
El sábado, 1 de agosto, los Reyes visitaron, acompañados por el Presidente de la República Portuguesa y su esposa, el Museo de Arte Sacro de Madeira. Allí fueron recibidos por el obispo de Funchal, monseñor Antonio Cavaco, y la directora, Luiza Clode. Durante su recorrido tuvieron oportunidad de contemplar las colecciones de platería, tallas e imaginería, además de las salas de pintura flamenca y portuguesa. Una vez finalizada esta visita, se dirigieron a la Catedral acompañados por el obispo de Funchal, quien les explicó la historia y características del edificio, especialmente el altar, la Capilla del Altísimo y el artesonado.
Posteriormente, Sus Majestades y el Presidente Cavaco Silva y su esposa se trasladaron a la isla de Porto Santo a bordo de un avión de la Fuerza Aérea Portuguesa. A su llegada, fueron recibidos por el presidente de la Cámara Municipal y se dirigieron al Ayuntamiento para firmar en su libro de honor. Las actividades de la Visita Oficial de los Reyes a Madeira finalizaron en el Golf de Porto Cristo -cuyo campo ha sido diseñado por Severiano Ballesteros-, donde el Presidente de la República Portuguesa y su esposa ofrecieron un almuerzo en su honor, a cuyo término Don Juan Carlos y Doña Sofía emprendieron viaje a Palma.
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